sábado, 18 de septiembre de 2010

VACUNACIÓN ANTISARAMPIONOSA

Vacunación contra el Sarampión

El Ministerio de Salud lanza la Campaña de vacunación para prevenir una posible situación de brote.

En forma conjunta con el área de Salud Escolar del Ministerio de Salud el martes 31 de agosto a las 9hs. se realizará una jornada de vacunación en la Escuela Infantil N° 7 DE 5°.

En los últimos días se han registrado en la Provincia de Buenos Aires casos de sarampión en personas provenientes del extranjero. Si bien en Argentina el sarampión está erradicado desde hace 10 años, el virus del sarampión continúa circulando en muchos lugares del mundo y los viajes internacionales hacen posible que se importe el virus en zonas libres de sarampión, como en este caso.

La única manera de prevenir la enfermedad es mediante la vacunación.
Población que se debe vacunar:

* Niños entre 6 a 12 meses de edad deben recibir 1 dosis de triple viral (independientemente de la dosis que por calendario deben recibir al año de edad).
* Niños entre 13 meses a 15 años que no cuenten con dos dosis de vacuna.
* Mujeres y varones de 16 a 50 años que no recibieron la vacuna en las campañas de los años 2006 ó 2008/09 o no acrediten esquema regular de vacunación ( 2 dosis de vacuna)

Las familias deben concurrir a los vacunatorios de la Ciudad con el carnet de vacunación de sus hijos, a los efectos de completar esquemas de vacunación. Ver listado de Vacunatorios gratuitos.

El sarampión es una enfermedad infecciosa altamente transmisible que puede ocasionar severas complicaciones en los menores de dos años y en las personas inmunocomprometidas

Para mayor información llamar al 147 o al 4123-3173 / 74 / 75 o consultar a:
inmunizaciones@buenosaires. gob.ar

Contacto:
Bolivar 191 - 2° piso
Teléfono: 4343-5592 Int. 36

domingo, 18 de abril de 2010

Homo y Neanderthal

Nuevas evidencias indican que los seres humanos y
los Neanderthal podrían haberse cruzado
sexualmente Habría ocurrido cuando esa especie
estaba en extinción


NUEVA YORK ( The New York Times ).- Científicos
de la Universidad de Chicago encontraron nuevas
evidencias genéticas que, afirman, podrían ayudar a
contestar la antigua pregunta de si hace miles de
años los humanos modernos se cruzaron
sexualmente con los Neanderthal.

La respuesta es: probablemente sí, pero no con
frecuencia.

En un trabajo de investigación que se publica en el
último número de la revista científica Proceedings of
the National Academy of Sciences, los
investigadores afirman que las relaciones sexuales
entre Neanderthal y humanos probablemente
expliquen la presencia de una variante del gen que
regula el tamaño del cerebro.

Exito evolutivo

Bruce T. Lahn, de la Universidad de Chicago, primer
autor del trabajo, dijo que estos hallazgos
demuestran que la cruza con especies cercanas,
aquellas al borde de la extinción, puede haber
contribuido al éxito evolutivo de los humanos
modernos.

Otros investigadores en biología evolutiva dijeron
que el nuevo estudio ofrece sólido respaldo a la idea,
discutida durante mucho tiempo, de que las especies
arcaicas, como los Neanderthal, contribuyeron al
reservorio genético de los humanos modernos.

Se espera que en las próximas semanas se
publiquen otros dos informes sobre estudios
genéticos de la posible mezcla de genes humanos y
de otra especie relacionada.

Los estudios fósiles y los genéticos muestran que los
humanos anatómicamente modernos surgieron hace
200.000 años en Africa y emigraron a Europa hace
40.000 años.

En alrededor de 10.000 años, los Neanderthal, que
habían habitado Europa durante largo tiempo, se
extinguieron. Hasta ahora, la principal interpretación
era que los modernos humanos de algún modo los
reemplazaron sin cruzarse sexualmente.

El tamaño del cerebro

En investigaciones previas, Lahn y colegas habían
descubierto que un gen que determina el tamaño del
cerebro, llamado microcefalin, sufrió un cambio
significativo hace 37.000 años.

Su variante modificada, o alelo, pareció conferir una
ventaja a aquellos que la poseían. En la actualidad
está presente en el 70% de la población.

El nuevo trabajo se centró en dos clases de alelos
del gen cerebral. Uno parece haber surgido hace
1.100.000 años, en el linaje arcaico del género
Homo que condujo a los Neanderthal y se separó de
los ancestros inmediatos de los seres humanos
modernos.

La otra variante, aparecida hace 37.000 años,
inmediatamente sugirió que debería haber una
conexión con los Neanderthal.

Según Lahn, esto no indica necesariamente que las
relaciones sexuales entre seres humanos y
Neanderthal haya sido un hábito ampliamente
extendido. Podría haber sido un acontecimiento raro,
incluso único.

John Noble Wilford

EVOLUCION

El origen de los humanos modernos

Los humanos, junto a nuestros antecesores más cercanos ya extintos, pertenecemos a los Homínidos. Este grupo presenta andar bípedo, postura erecta, dientes característicos (primer premolar con dos cúspides) y cerebros de mayor tamaño. Incluye a nuestra especie, a los fósiles del género Homo, del género Australopithecus y a otros fósiles recientemente encontrados.

El primer Australopithecus hallado fue un ejemplar fósil hallado en Taung, Sudáfrica, en 1924. En un primer momento se creyó que era el “eslabón perdido” pero la sociedad no aceptó en ese momento que el hombre podría haberse originado en África.

En 1974 se encuentra en Etiopía, un esqueleto completo de una mujer de más de 3 millones de años, a la cual se la llamó Lucy. Se comprobó mediante ambos Australopithecus que tenían andar erecto y que la planta del pie era casi como la nuestra. Como el tamaño del cerebro era pequeño, se comprobó que el andar erecto fue anterior del incremento de tamaño del cerebro.

Género Homo

El Homo habilis, las especie de Homo más antigua que se conoce, aparece hace aproximadamente 2 millones de años también en África. Caminaba erecto y tenía molares con dos cúspides. Tenía dos características que lo vinculaban más estrechamente con los humanos: la capacidad de construir herramientas y un cerebro relativamente más grande.

Existen más especies de Homo, halladas hace 1,8 a 0,3 millones de años tanto en Asia como en África. Inicialmente se los consideró Homo erectus, pero luego se los dividió en dos especies Homo ergaster (África y oeste asiático) y Homo erectus (Asia).

El Homo erectus tuvo la habilidad de utilizar el fuego, lo que le resultó muy útil en zonas frías, así como para cocinar y ahuyentar fieras. Vivía en sociedades con vínculos más estrechos y la habilidad del uso del fuego sugiere una capacidad mental más desarrollada.

Las características comunes entre las especies de Homo son las siguientes:

ü Premolares bicúspides.

ü Andar bípedo.

ü Postura erecta.

ü Cerebro grande.

ü Capacidad para construir herramientas.

El Homo neanderthalensis surgió hace 300 mil años, siendo sus restos fósiles hallados en una cueva del valle de Neander en Alemania. Poseían una estructura social compleja y realizaban ceremonias relacionadas con la muerte, por lo que se parecen a la cultura humana. Poseían un cerebro mayor que el nuestro.

El origen de los humanos modernos

¿Cuándo se originó el Homo sapiens? El hecho de encontrar fósiles de distintas especies de Homo en diferentes zonas del mundo, como África, Asia y Europa, fue interpretado de dos maneras, que dieron origen a dos hipótesis sobre la evolución del hombre moderno.

1) Modelo o hipótesis Multirregional o del Candelabro: propone múltiples migraciones tempranas desde África a Asia y Europa, que comenzaron hace más de un millón y medio de años, y produjeron el establecimiento de diferentes poblaciones de H.erectus. Estas poblaciones evolucionaron en forma gradual, separadas unas de otras, originando diferentes variantes del Homo sapiens. Es decir, las antiguas poblaciones del Asia, África y Europa mantienen una continuidad evolutiva y genética con la humanidad actual, y son la causa de las diferencias que existen entre los diferentes grupos humanos actuales

2) Modelo del Arca de Noé o hipótesis Fuera de África o de origen único o de la sustitución: postula un origen único en un lugar geográfico concreto para la humanidad actual. A partir de ese punto de origen se produce una migración al resto del mundo que reemplaza a las poblaciones anteriores. Por lo tanto sería probable que un pequeño grupo de humanos modernos, diferenciados como Homo sapiens, migrara desde algún sitio de África hace 100 millones de años, y colonizara el planeta, reemplazando a poblaciones que se extinguieron.


El estudio de estas cuestiones se realiza utilizando dos fuentes de información complementarias: 1) el estudio de los fósiles humanos, su taxonomía, cronología y ubicación geográfica; 2) los estudios genéticos de la variabilidad de la humanidad actual y, a veces de los genes encontrados en los restos fósiles.

Hasta hace poco tiempo, en el estudio del registro fósil existía un problema metodológico porque las técnicas de datación existentes no permitían datar los fósiles humanos de este periodo. Pero la aplicación de las técnicas de termoluminiscencia, series de uranio y resonancia de espín electrónico ha permitido obtener fechas para estos restos.
LELOIR

El tiempo es la piedra de toque de la calidad de un trabajo científico. Como las fotografías, como los recuerdos, los hallazgos de Leloir se ennoblecen según pasan los años. Fue la única persona de habla castellana que obtuvo un Nobel de ciencias no compartido y sus descubrimientos integran la historia de la ciencia –a secas, sin cláusulas condicionantes. Su dilucidación del mecanismo de síntesis del glucógeno es una contribución mayor a nuestra comprensión del funcionamiento de los seres vivos. La parquedad de las circunstancias en las que Leloir desarrolló sus investigaciones más originales pone de relieve, por contraste, la magnitud de sus logros. En cuanto a la cantidad de talento por metro cuadrado, no sería exagerado comparar el laboratorio de la calle Julián Álvarez con el cuartito de Columbia en el que Morgan y su grupo establecieron la teoría cromosómica de la herencia. En todas las líneas de investigación que Leloir abrió o a las que contribuyó, se manifiesta el sello distintivo de ese talento, pero también de una percepción de potencialidades y de límites, de un criterio pragmático respecto del qué y el cómo. Leloir cultivó un estilo de investigación que podríamos calificar como clásico: intuiciones brillantes educadas por un rigor paciente. Su personalidad se adecuó al modo de hacer bioquímica que aprendió en el exterior –la elegancia sobria y despreocupada de la ciencia de Cambridge– y que él supo desplegar, recrear y transmitir con acentos originales en nuestro país. En condiciones poco menos que marginales y en un aislamiento que parece demasiado fácil olvidar, hizo ciencia propia de los grandes centros. No solo cronológicamente sino también por el significado de sus resultados, Leloir ocupa el centro de nuestra reconocida tradición de investigación biomédica. Houssay, se afirma, puso a la Argentina en el mapa de la ciencia. Fue Leloir quien marcó una de las cumbres posibles de tal empresa. Y es esta, la altura de su trabajo, la que nos hace sentir, en momentos difíciles, un poco más cerca de la esperanza.

CIENCIA HOY
Volumen 16 - Nº 94
Agosto-Setiembre 2006