domingo, 18 de abril de 2010

EVOLUCION

El origen de los humanos modernos

Los humanos, junto a nuestros antecesores más cercanos ya extintos, pertenecemos a los Homínidos. Este grupo presenta andar bípedo, postura erecta, dientes característicos (primer premolar con dos cúspides) y cerebros de mayor tamaño. Incluye a nuestra especie, a los fósiles del género Homo, del género Australopithecus y a otros fósiles recientemente encontrados.

El primer Australopithecus hallado fue un ejemplar fósil hallado en Taung, Sudáfrica, en 1924. En un primer momento se creyó que era el “eslabón perdido” pero la sociedad no aceptó en ese momento que el hombre podría haberse originado en África.

En 1974 se encuentra en Etiopía, un esqueleto completo de una mujer de más de 3 millones de años, a la cual se la llamó Lucy. Se comprobó mediante ambos Australopithecus que tenían andar erecto y que la planta del pie era casi como la nuestra. Como el tamaño del cerebro era pequeño, se comprobó que el andar erecto fue anterior del incremento de tamaño del cerebro.

Género Homo

El Homo habilis, las especie de Homo más antigua que se conoce, aparece hace aproximadamente 2 millones de años también en África. Caminaba erecto y tenía molares con dos cúspides. Tenía dos características que lo vinculaban más estrechamente con los humanos: la capacidad de construir herramientas y un cerebro relativamente más grande.

Existen más especies de Homo, halladas hace 1,8 a 0,3 millones de años tanto en Asia como en África. Inicialmente se los consideró Homo erectus, pero luego se los dividió en dos especies Homo ergaster (África y oeste asiático) y Homo erectus (Asia).

El Homo erectus tuvo la habilidad de utilizar el fuego, lo que le resultó muy útil en zonas frías, así como para cocinar y ahuyentar fieras. Vivía en sociedades con vínculos más estrechos y la habilidad del uso del fuego sugiere una capacidad mental más desarrollada.

Las características comunes entre las especies de Homo son las siguientes:

ü Premolares bicúspides.

ü Andar bípedo.

ü Postura erecta.

ü Cerebro grande.

ü Capacidad para construir herramientas.

El Homo neanderthalensis surgió hace 300 mil años, siendo sus restos fósiles hallados en una cueva del valle de Neander en Alemania. Poseían una estructura social compleja y realizaban ceremonias relacionadas con la muerte, por lo que se parecen a la cultura humana. Poseían un cerebro mayor que el nuestro.

El origen de los humanos modernos

¿Cuándo se originó el Homo sapiens? El hecho de encontrar fósiles de distintas especies de Homo en diferentes zonas del mundo, como África, Asia y Europa, fue interpretado de dos maneras, que dieron origen a dos hipótesis sobre la evolución del hombre moderno.

1) Modelo o hipótesis Multirregional o del Candelabro: propone múltiples migraciones tempranas desde África a Asia y Europa, que comenzaron hace más de un millón y medio de años, y produjeron el establecimiento de diferentes poblaciones de H.erectus. Estas poblaciones evolucionaron en forma gradual, separadas unas de otras, originando diferentes variantes del Homo sapiens. Es decir, las antiguas poblaciones del Asia, África y Europa mantienen una continuidad evolutiva y genética con la humanidad actual, y son la causa de las diferencias que existen entre los diferentes grupos humanos actuales

2) Modelo del Arca de Noé o hipótesis Fuera de África o de origen único o de la sustitución: postula un origen único en un lugar geográfico concreto para la humanidad actual. A partir de ese punto de origen se produce una migración al resto del mundo que reemplaza a las poblaciones anteriores. Por lo tanto sería probable que un pequeño grupo de humanos modernos, diferenciados como Homo sapiens, migrara desde algún sitio de África hace 100 millones de años, y colonizara el planeta, reemplazando a poblaciones que se extinguieron.


El estudio de estas cuestiones se realiza utilizando dos fuentes de información complementarias: 1) el estudio de los fósiles humanos, su taxonomía, cronología y ubicación geográfica; 2) los estudios genéticos de la variabilidad de la humanidad actual y, a veces de los genes encontrados en los restos fósiles.

Hasta hace poco tiempo, en el estudio del registro fósil existía un problema metodológico porque las técnicas de datación existentes no permitían datar los fósiles humanos de este periodo. Pero la aplicación de las técnicas de termoluminiscencia, series de uranio y resonancia de espín electrónico ha permitido obtener fechas para estos restos.

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